Hay miles de personas en las calles. El centro está abarrotado.
En cuestión de minutos en equipo llegará a la plaza de las Velas.
"Alé Almería, alé, alé", canta la afición, que espera, ansiosa, a los héroes del tercer ascenso. Ha costado, ha sufrido tanto el equipo como la afición, pero nadie duda hoy aquí que ha merecido la pena. Son muchos los recuerdos que invaden a los almerienses.
El autobús avanza, lentamente, por el Paseo de Almería.
La celebración, como era de esperar, va con retraso. El equipo se está dando un baño de masas por el centro de la capital. Jugadores, directivos, cuerpo técnico y afición están disfrutando muchísimo. Almería es una fiesta.
"Que bote, que bote, que bote Almería", canta la afición. El autobús está, ya sí, muy, pero que muy cerquita de la plaza de las Velas.
Llega el equipo al epicentro de la fiesta en las calles. Se cae la plaza de las Velas.
Bengalas y bufandas al aire. Miles de aficionados botan. Tiembla hasta el suelo al grito de "Campeones, campeones, oé, oé, oé".
Suena el himno de la Unión Deportiva Almería.
Comunión perfecta entre el equipo y la afición. Hay muchas lágrimas de alegría.
"Sí, sí, sí, la copa ya está aquí".
Los jugadores han bajado del autobús para estar más cerca de los aficionados.
"Alé, alé, alé, alé, alé, Almería alé, Almería alé, Almería alé, alé"
"Vamos mi Almería, vamos campeón". La afición, una vez más, se está dejando la garganta.
Suena el himno, otra vez, para despedir a los protagonistas de la plaza de las Velas. Ya están en el autobús de nuevo para dirigirse al Estadio de los Juegos Mediterráneos, donde será la traca final.
Aproximadamente 14.500 espectadores podrán vivir desde el estadio el fin de fiestas. Es todo sorpresa, el club ha guardado silencio absoluto sobre la celebración en su templo, al que podrán acceder los abonados y los afortunados que hayan conseguido las entradas que se han puesto a la venta esta mañana por un euro.