¡Ya parte el autobús descapotable del Covirán Granada hacia la Plaza del Carmen! Por ahora, se encamina desde el Paseo del Emperador Carlos V.
El autobús del Covirán se acerca al Puente Blanco hacia el centro con música trap y cervezas de mano en mano.
«¡Vivan los novios! ¡Que se besen!», se canta a cada pareja que se ve desde el autobús.
«¡No somos del Barca, tampoco del Madrid, somos de Granada, del barrio del Zaidín!», cantan los jugadores.
¡Ya llegan los jugadores a la Plaza del Carmen con cientos de aficionados en ella!
Los jugadores son recibidos como auténticos héroes ante cientos de personas en la Plaza del Carmen y ya acceden al Ayuntamiento.
Paco Cuenca, con la camiseta del equipo, ha recibido a toda la plantilla del Covirán con especial afecto por el entrenador Pablo Pin y el presidente Óscar Fernández-Arenas. En breve, se dirigirán a los cientos de aficionados desde el balcón del Ayuntamiento.
El alcalde Paco Cuenca felicita a Óscar Fernández-Arenas por el ascenso a ACB y al sueño que este tuvo hace diez años. «¡Óscar, alcalde de Granada!», se le canta.
Con la voz afectada, Óscar Fernández-Arenas felicita a la «mejor afición de toda España». «De Primera Nacional a ACB en diez años. Parece fácil, ¿no?», bromea.
Toma la palabra Fernando Bailón, entre bromas de la afición. «¡Queremos una galleta, oh oh!», le cantan. «Muchas gracias a todos los que habéis hecho posible. Disfrutad. Queremos más», les asegura.
La 'speaker' Noelia Gómez presenta ya a Pablo Pin como gran artífice de este y otros ascensos. «¡Pablo Pin, te quiero!», se canta en la Plaza del Carmen. También a él se le reclama como alcalde de Granada.
«Anoche en el Palacio os pedí aplausos para nosotros. Hoy os lo pido a vosotros mismos por apoyarnos todo este tiempo», arranca Pablo Pin. La gente pide que boten los balcones.
Pablo Pin pide un homenaje para las familias de cada uno de los integrantes del equipo, algo que incluye a los aficionados. Sentidos aplausos a modo de respuesta. «Sin vosotros sería imposible. Os quiero mucho».
Trona el «¡campeones, campeones!» en la Plaza del Carmen. Ahora hablarán los capitanes Joan Pardina y David Iriarte.
«No siempre los sueños se hacen realidad, pero a mí particularmente se me han cumplido», se adelanta Lluís Costa a los capitanes, tras advertir «¡que tiemble Mirotic, Jacobo ya está aquí!».
Se hace con el mando Fermín Rodríguez, padre. «¡No somos del Barca, tampoco del Madrid, somos del Granada, del barrio del Zaidín!», canta desatado.
«Solo puedo daros las gracias a todos. Vivir esto en el club en el que me crié es muy grande. Solo espero veros a todos en ACB», ruega el granadino Germán Martínez.
Bromas cómplices desde el balcón de los jugadores con su afición.
«El de ayer será un día que recordaremos todos por el trabajo de diez años. Con el ambientazo de ayer en el Palacio, ni el Barça ni el Madrid nos ganan», promete Joan Pardina.
Petit Niang, con un buen castellano, asegura que después de ocho años en ACB «no se puede comparar con la afición que hay aquí». «No sé si seguiré el año que viene, pero los más importantes sois vosotros. 'Chapeau', a seguir así».
James Ellisor, mucho menos fluido en el idioma, se limita a dar las «gracias a todos». Escueto, sus compañeros le jalean y entre el público se le vitorea como «poeta».
Ramón Vilà, desatado, reconoce que nunca pensó que terminaría el año «de esta manera». «Me lo he pasado muy bien. Esto es vuestro, ¡viva Granada!».
«Granada se merece estar en ACB. ¡A seguir y a disfrutarlo!», invita Pere Tomás.
Los más jóvenes del equipo, refuerzos de la cantera, toman el micrófono avergonzados y entre risas. «¡Qué bonito es...!», se arrancan. El público les pide que saquen los DNI.
Salen al balcón del Ayuntamiento los integrantes del cuerpo técnico de Pablo Pin, también artífices de la hazaña.
Paco Cuenca se viene arriba y muestra una figura de Fray Leopoldo ante las bromas por su vídeo previo al partido del ascenso. «¡Algo habrá ayudado!». «¡Ahora sí eres el alcalde!», se le reconoce.
Se acerca el fin de fiesta. El fotógrafo Fermín Rodríguez prepara una gran foto desde el balcón con la afición de fondo.
«¡Que rule la cerveza!», canta la afición mientras la 'speaker' pide un último aplauso griego a la afición, tan habitual al final de los partidos con victoria en el Palacio de Deportes.
«¡Granada, muchas gracias y enhorabuena, porque esto también es vuestro!», despide Noelia Gómez.
El alcalde Paco Cuenca agradece a los jugadores y demás protagonistas que ofrezcan el título a la ciudad. «La clave de este proyecto es que tiene detrás a un montón de familias. Hace diez años, alguien pensó que lo importante era aprender de lo que pasó y pensar desde abajo que algún día ese club estaría en ACB. Ese sueño lo tenía en su cabeza llena de gomina Óscar Fernández-Arenas. Un tío enorme que lleva los nervios por dentro. Su sueño se hace realidad para toda la ciudad, y esta se siente orgullosa», le brinda el alcalde de Granada.
«Poco más puedo decir después de estas 24 horas», reconoce Óscar Fernández-Arenas, con la voz rajada. «Este Covirán es una auténtica familia, un grupo de amigos. Una pasada. Vamos y volvemos de Coruña en autobús con una sonrisa», se congratula.
Va a comparecer ahora desde el salón de plenos Pablo Pin. «Me voy a cambiar el puesto con Paco (Cuenca) porque ser alcalde es mucho más cómodo», bromea. «Me gustaría dar las gracias a todas las personas que estuvieron en esto desde el principio y se dejaron tanto tiempo. Ojalá hubiese muchos más como ellos en Granada, sería una ciudad mucho mejor», asegura. «Quiero dar las gracias a los jugadores por su compromiso y su honestidad. Os dije que el primer día que echaseis vuestro ego a la papelera y os merecéis lo que estáis viviendo», les dedica.
Por último, se acercan al micrófono Joan Pardina y David Iriarte como capitanes. Paco Cuenca les sube el atril. «Queremos agradeceros a todos vuestro apoyo, lo sentimos todo este tiempo. Todos los jugadores que vienen a Granada se quieren quedar», reconoce Iriarte. «Tengo la suerte de llevar cuatro años aquí. Me prometieron que querían ir a la ACB y aquí estamos, desde el Veleta», remarca Pardina.