Llega otra delegación. Aguarda en la rotonda. Matrícula amarilla. Volante a la derecha. ¿Británico? ¿Sunak? Parece estar esperando que terminen las intervenciones del resto de líderes que están en la alfombra, Michel y el presidente de Albania, que lleva perfectamente cuatro o cinco minutos respondiendo a preguntas sobre Ucrania, la ampliación de la UE, la energía, la inmigración... Tiene para todo Edi Rama. Se desvela el misterio. Era Sunak. Baja y duda si entrar por la alfombra. Finalmente lo hace. Sonríe algo chepado y cruza rápido con Rama, que ha terminado ya. No hace declaraciones y se pierde escaleras arriba.
El líder de Georgia coincide con la presidenta de Moldavia. Sí, hablan. Es imposible entenderlos, eso sí, porque responden en sus lenguas maternas. Maia Sandu sí responde sobre Ucrania en inglés. Detrás aparece Misotakis el griego. En mi opinión, el mandatario con mejor nombre de todos. Responde también en inglés. Le preguntan de la ampliación y de Ucrania. Tras él, Sadriu, presidenta de Kosovo, que celebra estar en Granada y considera la cumbre una oportunidad para pedir apoyo para su país. Atiende mucho tiempo también en varios idiomas. Recibe bastante atención. Su reunión con Serbia en Granada puede ser una de las claves para avanzar en la ampliación de la UE, a la que ambos países son candidatos claros.
Bromas con el coche que traerá a Macron. Un R5, dicen por aquí. Hay un poquito de guasa porque la espera es larga y la calor abundante. Muchos se guardan del sol bajo las pocas sombrillas que hay, pero para eso hay que sentarse en el suelo y arriesgarse a perder de vista la entrada del presidente francés. "Debería haber llegado ya", comentan varios periodistas. El horario previsto inicialmente empieza a tensarse.
El rumor es que faltan Scholz, el lider alemán, y Costa, el presidente de Portugal, pero no es seguro. Ha habido momentos en los que han coincidido varios y pueden haber entrado sin pasar por la alfombra, como ha hecho Macron. Recuerden que el plenario iba a arrancar a las 12:30. Lo de la puntualidad alemana podría acabar siendo un mito. Aquí ya quedamos pocos en el pool. Está la DW y se habla alemán, así que a lo mejor viene...
La sombra cotiza alto en la explanada. Esto parece una playa de Baleares, lleno de alemanes tumbados al sol. Se ven cuellos cangrejeros. De pronto, pasa una delegación. No para en la rotonda. Va al túnel directamente. Los alemanes se levantan y se miran extrañados. "¿Scholz? Debe ser...", dicen. Un asesor llega y confirma. Era Scholz. Se acabó. El sonido aquí es el de los técnicos recogiendo cable. Eso hacemos nosotros. Dejamos este punto y volvemos hasta el centro de prensa. Gracias.
¿A qué huele una sala de prensa en la que se entremezclan cientos de periodistas de todo el mundo? A comida. Aquí se impone el horario europeo, así que se ven tantos portátiles como bandejas de comida. ¿El menú? Fantástico, con acento español. Tortilla de papas, empanada de atún... Hay rolls vegetales. El plato estrella es la paella, que eligen mayoritariamente los foráneos. Se muerde y se escribe, se bebe y después se habla en pantalla. Hay tiempo para todo. Solo hay que tener cuidado de no salir en el tiro de cámara de ningún compañero mientras se come, aunque hay a quien no le importa.
En el centro de prensa, el trabajo ahora es frenético. Se multiplican las conexiones. María Tadeo, corresponsal en Bruselas de Bloomberg, nos dedica unos instantes entre directo y directo. Destaca la presencia de Zelenski en la capital nazarí y la dimensión que el líder de Ucrania aporta a una cita en la que el apoyo en la guerra con Rusia es uno de los grandes temas. También remarca los asuntos de agenda, como la ampliación de la Unión Europea, que pueden ser "importantes" de cara a los próximos años.
En esta tercera planta subterránea del Palacio de Congresos no sólo hay periodistas. También hay decenas y decenas de asistentes y personal de cocina que nos ayudan a hacer nuestro trabajo. Una de ellas es Lourdes Fernández, camarera, que vive con ilusión la jornada histórica. "Está bien porque es algo histórico, pero aquí es más tranquilo porque no estamos en el meollo. Estáis los periodistas...", cuenta. Asegura que tanto ella como sus compañeros han vivido una previa intensa. "Nos hemos preparado mucho. Hemos tenido que hacer cursos de formación y algunos, incluso, han venido al palacio varias veces para hacer los recorridos y ver cómo era todo. Mucho trabajo", sonríe.
Fuera, al aire libre, operarios de Mantenimiento y de Electricidad. "Mucho curro", dicen, "aunque lo peor ha sido en los días previos". Han estado mucho tiempo con los operativos, comprobando que todo funcionara perfectamente durante la cumbre. Ahora sonríen, pero está mañana estaban tensos como cuerdas de guitarra. "Ya solo nos queda esperar y que todo siga como hasta ahora", celebran.
En el centro de prensa, todo preparado para salir a la Alhambra. Convoy multitudinario de medios. Se sube en autobuses para ver el acceso de los mandatarios al recinto. Cerramos punto en el Palacio de Congresos. Gracias.
¡Buenas tardes! Soy Ángel Mengíbar y ya estoy preparado para engancharme a la cumbre europea de Granada, aunque alejado del Palacio de Congresos. Me encuentro junto al Palacio de Carlos V y la iglesia de Santa María de la Alhambra. Un enclave de postal que van a conocer los alrededor de cincuenta jefes de estado y de gobierno que han acudido a la cita. En unas horas está prevista una visita institucional por todo el conjunto monumental. Un poco de turismo tras las mesas de trabajo del mediodía.
Los mandatarios y sus acompañantes aún disfrutan de la sobremesa en el Carmen de los Mártires. Según confirman fuentes de Seguridad, su llegada al Palacio de Carlos V está fijada sobre las 17.30 horas aproximadamente. Por los alrededores únicamente se desplazan profesionales de Casa Real, Guardia Civil o prensa. También camareros que transportan bandejas de comida al Museo Arqueológico, donde las autoridades disfrutarán de un picoteo previo a su cena en el restaurante El Parador. Una cumbre por todo lo alto en el apartado gastronómico.
Por supuesto, el acceso a la Alhambra estará restringido durante toda la jornada de hoy, así como también mañana viernes. La Puerta de la Justicia se halla cerrada de cara al público general. Lo mismo ocurre con la Puerta de las Granadas desde la Cuesta de Gomérez junto a Plaza Nueva. Por la autovía sí se puede ascender por la Avenida de Santa María de la Alhambra. La Policía Nacional ha cortado el tráfico a partir de la rotonda que da acceso al cementerio de San José. Periodistas y demás personal acreditado sí puede entrar y llegar hasta Carlos V por la Puerta del los Carros.
La calma es absoluta en la Alhambra. Sin turistas a los que agasajar, los gatos silvestres de la zona parecen desubicado. '¿Dónde está todo el mundo?', pensarán. Que no se preocupen, pues todo se empezará a animar en breve. Llegan ya los compañeros gráficos para situarse en los puntos habilitados. Toda una expedición de cámaras, trípodes o portátiles que acceden al interior del Palacio de Carlos V. Fuera, la voz de la cantaora Marina Heredia pone la banda sonora. Será la encargada de amenizar a los invitados con un espectáculo flamenco tras la visita a los palacios nazaríes. El ensayo lo disfrutan los privilegiados acreditados.
Todo dispuesto en el Palacio de Carlos V para recibir a los mandatarios. Entrarán al patio por el acceso que da a la Puerta del Vino. Allí caminarán por una lona gris rumbo a su entrada a los Palacios nazaríes. Está previsto que Sus Majestades los Reyes D. Felipe VI y Doña Letizia reciban en la entrada del Patio de los Arrayanes a los jefes de estado y de gobierno de la cincuentena de comitivas participantes en la cumbre de Granada.