Ahora se mezcla en el ambiente una alarma de uno de los negocios de San Antón. Ha saltado justo cuando el Cristo de San Agustín se ha posada en su puerta. Pasados unos minutos, se apaga y el paso retoma el paso al son de una saeta. Nadie aplaude. Algunos granadinos se santiguan frente a la imagen. Vuelven a sonar oboes, clarinetes y fagots. Luto absoluto en la noche del Lunes Santo.
Vuelven a encender algunas velas del paso de misterio, que tuerce ya por Puente de Castañeda buscando Puerta Real. Es el turno del paso del palio, que ya está en San Antón. La guían varios cirios y el canto celestial de una agrupación vocal que acompaña el paso. Granada observa embelesada.
Prosigue el cortejo de San Agustín hacia la Plaza del Campillo. El paso de palio aún se encuentra en Puente de Castañeda. San Antón se vacía en busca de más procesiones. Ahora el silencio llega a Puerta Real.
La procesión de San Agustín pisa ya carrera oficial cuando otra hermandad avanza de regreso hacia su templo en el Realejo: el Huerto, que va por calle Santiago.
Los Dolores llega a la plaza de las Pasiegas para preparar su entrada a la Catedral de Granada. La entrada se hará con retraso. Algo que afectará al Rescate y San Agustín.
Como a las 5 de la tarde, Granada copa las calles del Realejo para vivir el encierro del Huerto. Un grupo de monaguillos y nazarenos se mezcla con el público a pocos metros del Convento de las Comendadoras de Santiago. La hermandad trata de poner orden para reducir el número de personas de la calle Santiago. No hay Lunes Santo sin nervios.
La jornada transcurre con cierto retraso sobre lo previsto inicialmente. Fuentes de la Federación de Cofradías aseguran que se ha debido a las más más mil personas a a traído la hermandad del Trabajo y Luz. Desde el Zaidín hasta conquistar Granada entera. Más de mil. ¡Viva la Virgen del barrio!
Los primeros 'shh' se escuchaba en el Realejo. Viene Jesús Orando hacia su templo escoltado por su séquito de nazarenos. Las candelas de su paso iluminan calle Santiago en mitad de la oscuridad de la noche granadina. Los vecinos se asoman a sus balcones para ver al paso meciéndose al son de su marcha.
La esquina de las Comendadoras de Santiago, a reventar para ver encerrarse a la imagen del Jesús Orando primero, y después a María Santísima de la Amargura. Se detiene en estos momentos el paso, que está más próximo a su templo. Una chicotá más y el Huerto empezará a dar por concluida si estación de penitencia del Lunes Santo.
Los primeros nazarenos se adentran en el convento ante la expectación de todo el Realejo, que no ha faltado su cita con el Huerto. Se hace el silencio en la calle Santiago. La marcha del paso de misterio se escucha cada vez más cerca.
Los ciriales asoman por la esquina y ya está aquí Jesús Orando. Termina la chicotá antes del encierro y ma hermandad evacúa por un lateral a decenas de personas. Los costaleros necesitan espacio para bajar el paso por la rampa de la calle.
Última levantá que aplaude el barrio en la mecida del paso. Los balcones, repletos de cabezas que no se pierden la maniobra de los costaleros. Un último baile para cerrar el Lunes Santo ante sus fieles. Poco a poco, el paso se coloca de espaldas al templo. Ovación. Sólo queda el encierro. Sí. Será marcha atrás.
El Rescate se prepara para legar a Pasiegas. Mucho retraso para la mayoría de las hermandades, que han retrasado su trayecto casi una hora.
Continúa el encierro del Huerto en el convento de las Comendadoras de Santiago. El Realejo aguarda otra maniobra imposible con el paso de palio, que ya asoma por la calle Santiago. De momento, varios grupos de mantillas se encierran en el templo. Aún queda Lunes Santo.
Se aproxima María Santísima de la Amargura. La candelería baila iluminada mientras recibe una bonita petalá desde los balcones del barrio. Se acaba el Lunes Santo en el Realejo, pero aún queda lo mejor. Granada espera paciente.
San Agustín se encuentra en la entrada de la Catedral de Granada, a la espera de que se cumpla la salida del Rescate. Más de una hora de retraso para ambas hermandades.
Silencio en el Realejo mientras tiene lugar una nueva bulla para desalojar público antes del encierro de la Virgen de la Amargura.
Llegan lo ciriales y el paso de palio con ellos. Se mece ante la mirada de Granada entera, que se aferra a su sitio para no dejarse llevar por la bulla. Mismo proceder que con el paso de misterio. Se colocará de espaldas y entrará en su templo marcha atrás. Máxima concentración.0
"De frente, poco a poco", ordena el capataz. María Santísima de la Amargura emboca hacia su templo con los granadinos agolpados en la entrada. Las guardabrisas del paso rozan los rostros de los acólitos. Muchos de ellos visiblemente emocionados. La fe del Realejo es Infinita. El paso danza con la música de la banda. Otro encierro para el recuerdo. El barrio vitorea y estalla. ¡Menudo cierre de Lunes Santo para el Huerto!